ACERCA DE MI

¿De dónde vengo?

Nací en 1976, en una década llena de color e irreverencia. Viví siendo muy chiquita el final de los setentas y el principio de los sorprendentes ochentas y las innovaciones tecnológicas que darían pie al mundo interconectado en el que vivimos hoy. Sigo a la fecha sorprendiéndome con el ingenio humano y la visión de unos pocos para revolucionar la manera de comunicarnos.  

Tengo una mente gráfica. Eso es bueno y algo grave a la vez porque suelo imaginarme cosas y situaciones con lujo de detalle. Mi vida no tiene nada de extraordinario y sin embargo no dejo de sorprenderme con el compendio de oportunidades, bendiciones, incidentes y accidentes que se me han presentado en estos recién estrenados 36 años.
  
Soy por autodefinición tecnicolor, altamente comunicativa y un tanto ruidosa. Esto me ha traído grandes alegrías, pero también me ha metido en graves problemas. Soy una persona expresiva, me encanta hacer a la gente reír y no tengo problemas de burlarme de mi misma. Soy ansiosa en extremo, honesta, empunchada, soñadora, entusiasta y autoexijente. 

Me considero una buena persona, una madre amorosa y estricta, y una esposa muy enamorada. No tolero las injusticias, la hipocresía y la superficialidad. Trato de no juzgar por las apariencias y si bien me gustan las cosas bien hechas, jamás catalogo a una persona por como viste, donde vive o que carro conduce.

De mi infancia tengo memorias clarísimas, en especial de mis espacios de juego, los que sin duda me ayudaron a formar mi imaginación y creatividad. Recuerdo mis juguetes con especial cariño porque pasaba horas creando historias y escenarios fantáticos. Mis barbies siempre fueron mujeres superpoderosas y mis muñecas sin duda dieron pie a mi instinto maternal. Nunca tuve en demasía, pero los juguetes que cayeron en mis manos fueron disfrutados al máximo. 

Cuando cierro los ojos y recuerdo la casa de mi mamá, vienen a mi memoria el tocadiscos, los LPs y los casettes, los teléfonos de disco y las cámaras de película. El sonido del cepillo eléctrico. La primer videograbadora de mi hermano, mi bici Chopper y los patines de ponerse con zapatos. Las escapadas a la pulpería para comprar leche en bolsa y paletas, hasta el sabor de los helados Monpik. Las tardes en La Sabana, la Pizza Hut del Paseo Colón y la famosa Soda Tapia. La vida era mucho más simple.  

Me encantaba la música de Enrique y Ana y ya en mi adolescencia George Michael y Wham, Madonna, Paula Abdul, Flans, Timbiriche, Soda Stereo, Luis Miguel, New Kids on the Block. Tengo una imagen recurrente de mi hermana Irene cantando a Sting a todo pulmón.

Pertenezco a una época muy poco favorecedora en cuanto a moda y tendencias respecta y cuando veo mis fotos de adolescentes, solo puedo decir: "¡Oh por Dios!" Las hombreras, las medias de doblar fosforescentes, los jeans ácido wash hasta la cintura, las fajas de hebilla plateada estilo vaquero. Los trajes de baño altos, las telas floreadas traslúcidas, los calentadores y las camisas de cuello chino. ¿En qué estábamos pensando?  

Fui ferviente seguidora del fijador en spray para el copete que nunca se quedaba en su lugar, el decolorante capilar, el delineador azul eléctrico y la permanente: resultó ser un mal experimento y terminé pareciéndome a un french poodle con frenillos, porque de esa tampoco me salvé. En fin una moda poco halagadora que nos hacía sentir fantásticas y vernos absolutamente desproporcionadas...

Hoy soy una mujer, madre y esposa muy feliz y agradecida con mi presente y mi pasado, porque lo vivido me formó íntegramente y me ha dado la posibilidad de darme cuenta con humildad de todas las bendiciones que la vida me presenta todo el tiempo. Soy parte de una generación que ha aprendido a trabajar de la mano con la tecnología, pero que recuerda con nostalgia lo sencillo de una infancia sin aparatos "inteligentes" y demás electrónicos, sin comida chatarra, sin violencia explícita, sin déficit atencional, sin tanta cosa extraña...  

Sin embargo veo con optimismo y humor el futuro, quiero creer que seguirá siendo tan bueno como hasta ahora y que encontraremos la manera de salir de todos estos líos y complicaciones en los que nos hemos metido. Quiero creer que mis hijos y las futuras generaciones podrán hacer el cambio y mejorar aunque sea un poquito este convulso y maravilloso mundo.

Esta soy yo, con ustedes, con quien me conozca hoy, con los que me conocen de toda una vida.

¡Saludos!

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Esther Lev Schtirbu
Comunicadora / Fotógrafa
FB: Los Fabulosos 30+
www.losfabulosos30mas.blogspot.com
losfabulosos30mas@gmail.com

1 comentario:

  1. Silvia Graciela Nijensohn20 de octubre de 2015, 4:59 a.m.

    Hola, Esther !!! Supongo que tu nombre es en homenaje a tu Abuela materna, mi querida Tía Esther, esposa de Adolfo , que era hermano de mi Abuela Ana. Seguramente sos una hija de Haydeé , hermosa actriz a quién no veo ni sé nada de ella hace muchos años. Me topé con tu blog de pura casualidad , comencé a leer tu nota y de pronto descubrí que aparentemente somos familiares. Yo vivo en Buenos Aires, Argentina de donde era oriunda tu Mamá. Quiero decirte que me emociono de leerte y vienen a mi memoria encuentros, noches festivas y momentos trágicos como el accidente en el que falleció Tío Adolfo...todo en tropel. Yo también ya soy Abuela de 8 nietos, viví 5 años en Israel y estoy muy conmovida y dolorida con la realidad actual. Quiero felicitarte por tu blog, prometo seguir leyéndote. Es una emoción muy grande un reencuentro así con mi propia infancia. Te saludo con mucho cariño. Silvia Nijensohn.

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