ESPERAR LO INESPERADO

Hace un par de semanas me citaron a una reunión de trabajo. De un día para el otro, sin mucha anticipación. Nunca digo que no a una oportunidad laboral, como una manera de dejar muy en algo el nombre de mis padres, quienes fueron apasionados de sus profesiones.

Ya había conversado con la persona con quien me reuniría y deduje se trataba de una posible colaboración para una revista. Llegué más puntual de lo que normalmente sucede, un viernes a las 5:30 p.m., sin presas, sin prisa. De inmediato me hicieron pasar a la reunión y la conversación sobre mi afición por la escritura y un poquito sobre la historia de mi blog transcurrió de manera natural, como entre un par de colegas que se conocen de hace tiempo.

Sabía que por variar estaba hablando más de la cuenta porque seguíamos charlando y yo aún no entendía muy bien para qué había sido citada. Hablo más de la cuenta cuando no se muy claramente qué está pasando.

Entonces entre algunas preguntas surgió el tema de cómo funcionaba una revista y si yo sabía algo al respecto. Podría hacer mentido, pero mi incómoda honestidad me delató y respondí que poco sabía del tema.

Esperar lo inesperado.

En mi programa mental yo iba ese viernes a presentar mis credenciales pensando que me ofrecerían una colaboración para ver que tal nos iba.

Nunca, repito, nunca, imaginé que me iban a ofrecer ser la editora de una revista.

Sí. Inesperadamente, Oscar Alfaro, Publisher y Director de Casa Galería Media, me estaba ofreciendo ser la editora de la Revista EGO.

Aún me río cuando recuerdo la cara de total incredulidad ante la propuesta.

"¿Yo?", le pregunte con los ojos algo desorbitados y una media sonrisa que delataba mi nerviosismo y sorpresa.

"Yo no sé cómo se come esto", fue lo que naturalmente me nació decir.

"Vos sabes contar historias y eso es lo que estamos buscando", me respondió Oscar.

Sí, yo. Esa cuenta historias.

La que empezó escribiendo para hacer catarsis, para quejarse, para hacerlos reír o llorar. Esa misma que empezó entrevistando mujeres que la inspiraban ante la pregunta capciosa de mucha, muchísima gente que me cuestionaba "¿para qué?", "¿qué ganas?".

Hasta hace muy poco, después de cadi tres años de trabajar arduamente por amor al arte, este proyecto empezó a dejarme ganancias, pero aunque no lo hubiese hecho aún, igual seguiría aferrada a mis adorados "Los Fabulosos 30+".

Es un proyecto de vida, y la vida está para tener sueños, ilusiones, ideales y tratar de cumplirlos, aunque a veces no sepamos muy bien hacia dónde nos llevará el camino. Muchas veces me sentí frustrada, muchas más quise tirar todo por la borda. Pero con cada historia que contaba, con cada sesión de fotos, con cada entrevista una llamita interna me decía que siguiera adelante.

Acepté. Claro que acepté. No di mi respuesta de inmediato porque Oscar me pidió que lo pensara con la cabeza fría. Llamé a mi esposo y no me creía. Yo no me lo creía tampoco. Ya con la cabeza en frío y el corazón lleno de orgullo, me invadieron las emociones y entre lágrimas pensé intensamente en mis padres y cuánto me hubiera gustado contarles de este nuevo proyecto.

Llegar a mis cuarenta empezando un trabajo en algo que tanto me apasiona, pero sobre todo que nunca imaginé ni planeé, es una bendición. Haber entrevistado a tantas personas ante la mirada incrédula de muchos y las críticas de otros, finalmente dio su fruto. Dedicarle todos los días un rato de mi tiempo a mi página, a generar contenido valioso para compartir desde el corazón, sin esperar nada a cambio, estaba manifestándose en un trabajo que jamás imaginé.

Sin pedirlo, sin buscarlo, como caído del cielo, por esas sincronizidades de la vida, como mencioné hace muy poco en otro artículo.

Ya empezamos a trabajar en lo que será mi primer prueba de fuego como editora   a partir de junio de este año y no podría estar más contenta. Pensar en nuevas historias, contenidos, brainstormings, entrevistas, notas, actividades, todo me tiene ilusionada como una chiquilla quinceañera.

¡Gracias infinitas Oscar Alfaro y Pamela Corrales por esta oportunidad maravillosa! ¡Gracias por darme esa palmadita en la espalda tan necesaria para saber que no he hecho las cosas tan mal!

¡Gracias a todos los que han creído en mi y en mi proyecto, los que leen mis locurillas y comparten mi sentir, las que se han dejado entrevistar, quienes han apostado por los publirepotajes, las que me han permitido contar y retratar sus historias!

Sin ustedes esta oportunidad no habría llegado jamás.

¡Gracias totales!

¡Y ahora a escribir se ha dicho!

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Esther Lev Schtirbu
Comunicadora / Fotógrafa
FB: Los Fabulosos 30+
www.losfabulosos30mas.blogspot.com
losfabulosos30mas@gmail.com

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