ESTAS MANOS


Mis manos me definen. Medianas y algo descuidadas, son una extensión de mis ideas, me siguen cuando hablo, son mi más importante herramienta de trabajo como fotógrafa, estilista y comunicadora. Algunas veces hacen las cosas mejor de lo que esperaba y otras parecen estar desconectadas de mis objetivos. Mis manos en efecto no vinieron a este mundo para catálogo de revista.


Estas manos inquietas quieren dejar huella.


Descubrieron el poder de la creatividad siendo muy pequeñitas, trazaron sus primeros garabatos, aprendieron a escribir un nombre, dibujaron millones de soles, paisajes y flores y desde el corazón retrataron a lápiz a todos los miembros de mi familia. Recortaron figurines, guardaron cuidadosamente colecciones de papeles de carta y calcomanías, arroparon muñecas y osos de peluche, jugaron de casita, doctor y peluquería. Cubrieron mil veces mi boca cuando sonreía para esconder mis dientes torcidos.


Estas manos peinaron mil veces mi pelo largo y enredado, pellizcaron mi cara marcándola para siempre, aprendieron a usar loción humectante y descubrieron la magia del maquillaje. Rellenaron cientos de cuadernos, tareas y proyectos. Pagaron cientos de pases de autobús para asistir a clases de ballet. Estas manos fueron tomadas por primera vez por otras manos y un ejército de mariposas revolotearon en mi panza. Amaron apasionadamente, secaron mis lágrimas una y otra vez, contuvieron grandes desilusiones y se lanzaron al viento para abrir alas.


Tomaron las riendas, delinearon un camino, siguieron mi instinto. Mis manos me definen, medianas y algo descuidadas, son el reflejo de mis sueños, la manera que me expreso, las que dicen por mi cuando estoy en silencio. Estas manos se encontraron para siempre con otras manos fuertes y amorosas y nuestros dedos siguen entrelazándose perfectamente como engranajes de un reloj suizo.


Las mías frías por naturaleza, las suyas siempre tibias para calmar mis temores.


Estas manos un millón de veces acariciaron mi voluptuosa panza mientras crecían nuestros hijos adentro, enamoradas de las curvas, los cambios, las sensaciones. Temblaron cuando los cargaron por primera vez y dudaron si hacían lo correcto cuando cambiaron el primer pañal. Millones de veces tocaron pequeñas cabecitas, palmearon espalditas para sacar cólicos y malestares, frotaron piecitos para alejar resfríos y abrigaron manitas diminutas cerca de mi pecho. Mis manos limpian orejas, narices, cortan uñitas y lavan dientes. Curan heridas leves y cortaduras profundas. Son fuente inagotable de caricias, cosquillas y mimos y también establecen límites y pautas a seguir.


Estas manos arman torres, legos y rompecabezas, visten barbies y juegan a las manualidades. Juntan mil veces juguetes y zapatos, ordenan habitaciones, armarios y gavetas. Mis manos moldean plasticina y arcilla, hacen trenzas y elaborados peinados, preparan comidas, meriendas, almuerzos y cafecitos improvisados y elegantes cenas. Lavan ropa, platos, ollas, cubiertos. Saben barrer, limpiar y hasta planchar. Estas manos cosen botones, ruedos de pantalones, hacen collares, tejen bufandas y flores a crochet, acomodan cuadros y adornos, arreglan paredes y cuidan del perro y de las plantas también. Escogen frutas y verduras y saben el peso de las cosas. Sostienen ellas solitas mi propio cuerpo mientras practico yoga, se agitan vigorosas en el aire cuando bailo y se sumergen arrastrando agua para recorrer largas distancias.


Hacen ruido, aplauden y aprietan fuerte cada logro y alegría y sostienen firmes otras manos cuando soplan vientos y tormentas.


Mis manos se paralizan cuando estoy profundamente triste, como una extensión de mi alma pidiendo auxilio y si siento la necesidad de crear no paran, no descansan, se fatigan. Estas manos me definen, medianas y algo descuidadas, son el espejo de mi mente gráfica y sin duda me han llevado lejos, donde han encontrado la manera de expresarse libremente. Estas manos no quieren reposar, conscientes de la enorme bendición de estar vivas, activas, moverse, ser útiles, armar y desarmar, ensuciarse, tocar, sentir, amar y sobre todo recordar...



En honor a todas esas mujeres que con el poder de sus manos, e incluso sin contar con ellas, son capaces de cambiar nuestro mundo, crear y alcanzar sus metas en toda la extensión de estas palabras.


En honor a todas esas mujeres quienes abrazan con sus manos la vida a sabiendas que sólo tenemos esta única y maravillosa oportunidad.


Un extenso y caluroso aplauso para ellas.


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Esther Lev Schtirbu
Comunicadora / Fotógrafa
FB: Los Fabulosos 30+
www.losfabulosos30mas.blogspot.com
losfabulosos30mas@gmail.com

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