HOY EN MI CUMPLEAÑOS



Este fue un año muy particular; una mezcla entre maravilloso y jodido... Sin duda la vida es un subibaja de emociones, pero este 2017 ¡se llevó el premio!

Me lancé al agua haciendo algo que jamás me imaginé haría; seguir de cierta manera la vena artística e histriónica de mi mamá, esa misma que siendo adolescente tantas veces critiqué... O sea, me salió literal "¡el tiro por la culata!" Nunca pensé que podría atraer a una audiencia y hacerla reír, y verme tres veces frente a salones llenos de gente carcajeándose fue sencillamente ¡mucho con demasiado!

Este año empecé a tomar anti-depresivos. Lo hice porque estaba hundiéndome y llevándome en banda a mi familia. Me costó mucho tomar la decisión porque odio las medicinas, pero más odiaba a esa persona gris y sin luz en la que me había convertido.

He vuelto a nacer. He recobrado mi buen humor, y la energía que siempre me ha caracterizado. Ya no me poncho tan fácilmente y mi cabeza dejó de rumiar pensamientos tóxicos un millón de veces. Me siento linda otra vez, con todo y arrugas, manchas, trasero caído y panza fofosa ¡incluso mejor que hace diez años! Sigo llorona empedernida, pero ya no estoy triste. Tengo mucha ilusión de lo que viene en camino y he vuelto a tener fe en D-os y en el futuro.

El 2017 me bendijo con el inmenso amor, la salud y alegría de mi marido y mis hijos, con millones de besos, abrazos y apapuches, días soleados y tardes de lluvia, con la llegada de la alborotada zagüata Mocca a nuestro hogar, con muchos proyectos personales y trabajo remunerado, con preciosas tradiciones para disfrutar con mi familia política, con extraordinarias nuevas amistades y el re descubrimiento de muchas que me marcaron siendo muy jovencita.

Este año también entendí que las relaciones no son para siempre con todo el mundo; que incluso hay que tomar distancia de verdad -aunque incomode o duela- cuando es justo y necesario, y sobre todo hacerlo con certeza y determinación. Que los lazos afectivos se alimentan y construyen, o se añejan y caducan. Que uno está aquí para compartir con la gente que realmente aprecia nuestra presencia, nuestro tiempo, nuestro interés. Que el amor no se mendiga, ni se condiciona.

También comprendí que debo ser menos impulsiva y contar hasta diez mil, tomarme siete tés de tilo y media Rivotril antes de dejarme llevar por mis emociones... Tuve que disculparme varias veces este año, pero bendito D-os, nunca he tenido peros para reconocer mis errores, ni para pedir perdón. He aprendido mis lecciones.

Este año me senté a recapitular prioridades, cerrar muchos capítulos, alejarme elegantemente de algunas personas y reinventarme un par de veces. Me teñí muy rubia y por ahora voy camino a parecerme a Rapunzel, ¡aunque digan por allí que a las cuarentonas no les luce el pelo largo! Aprendí a pintarme la boca colorada como una declaración de que estoy viva, contenta y lista para afrontar nuevos retos.

Así que hoy en mi cumpleaños #41, lo recibo con los brazos y el corazón abiertos, agradecida por todo lo que me enseñaron los fantásticos 40, pidiéndole nada más que lo que venga sea un poco menos intenso, pero igual de enriquecedor.

Esther Lev Schtirbu
Comunicadora / Fotógrafa
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Tel: 8926-6572 / 2588-1844

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